A nivel mundial, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995, resaltó la necesidad de incorporar la perspectiva de género en las iniciativas de inclusión en la Sociedad de la Información, con el objetivo de equilibrar la relación entre ambos sexos y fomentar el progreso social. Con todo, hoy, las mujeres siguen a ser una minoría entre los estudiantes y los profesionales de las TIC.
Según los datos proporcionados por la "Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de lana Información y Comunicación en los hogares". INE, en el año 2010, en Galicia el 55,7% de los hombres hicieron uso de la Red frente al 51,5% de las mujeres, es decir una diferencia de 4,2 puntos porcentuales. No obstante, en el período 2009 - 2010 la diferencia en el uso de Internet entre hombres y mujeres se redujo en 3 puntos. En el contexto estatal, la diferencia en el uso de Red entre hombres y mujeres es mayor que en Galicia: 5,7 puntos y en la Unión Europea (UE27) la brecha de género en la utilización de Internet llega a los 6 puntos.
Los datos también muestran que las mujeres no se están incorporando a los usos de la Red de la misma manera: se conectan menos frecuentemente que los hombres y optan por usos relacionados con el empleo, la salud o la formación mientras que los hombres tienden a hacer un uso de Internet más relacionado con el ocio, el consumo y fines lúdicos.
La edad es también un factor a tener en cuenta cuando hablamos de la brecha digital. La mayor igualdad que se está constatando en el uso de las tecnologías de las nuevas generaciones permitirá que se produzca un cambio en la perspectiva de los llamados "nativos digitales".
Las mujeres están avanzando en la Sociedad de la Información como usuarias de las TIC, mas no avanzan significativamente en el plano del empleo, los estudios y las profesiones relacionadas con las TIC. La presencia de la mujer es decrecente la medida que se sube en los escalones profesionales y los hombres siguen dominando los ámbitos estratégicos y el empleo relacionado con la innovación tecnológica y las nuevas tecnologías.
Las cifras de hombres y mujeres titulados en Ingeniería en Informática o Telecomunicaciones en las universidades gallegas en el curso 2008-2009 (Fuente: Instituto Galego de Estatística e INE) confirman la hipótesis de su baja representación, dado que las mujeres representan sólo el 32,5% del total de titulados en estos estudios mientras que representan un 62,1% en el conjunto de personas tituladas del Sistema Universitario Galego.
En el acceso al mundo laboral, se confirma esta desigualdad: El nivel de empleo en el sector TIC en Galicia se situó en el año 2010 en los 15.851 trabajadores/las, lo que representa el 1,57% de la población ocupada gallega. De nuevo, los datos de empleo del sector TIC muestran que persiste la brecha de género. Según la cifra de afiliados/as a la Seguridad Social a 31 de diciembre de 2010, un 61,6% de los trabajadores del sector TIC eran hombres frente al 38,4% que eran mujeres.
Pese la esta realidad, se constata que el incremento de la presencia de mujeres en los ámbitos de la investigación y en las empresas del sector TIC redunda en beneficio del propio tejido empresarial y del conjunto de la sociedad por su contribución de talento y por el atribuirte de diferentes sensibilidades, enriqueciendo, en definitiva, el capital humano de las empresas.
Otro aspecto importante que se viene observando hace mucho tiempo es que en las profesiones relacionadas con la informática y las telecomunicaciones hay una concentración distinta del empleo entre hombres y mujeres. Mientras estas realizan funciones administrativas, el perfil masculino se concentra en tareas técnicas.
Incluso en aquellos sectores en los que son mayoritarias, las mujeres tienen muchas dificultades para un desarrollo adecuado de carrera profesional y son elegidas pocas veces para puestos de responsabilidad.
Un informe sobre políticas familiares publicado por la OCDE advierte de que el Estado español necesita favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar y afirma que "Una división más equitativa del trabajo no remunerado en el interior de los hogares en España podría contribuir a una mayor participación de padres y madres para cumplir sus aspiraciones laborales"